Camino de Fisterra y Muxía

Desde Compostela a Fisterra

Continua caminando hasta alcanzar el Fin del Mundo

Tras alcanzar Santiago de Compostela muchos peregrinos deciden continuar caminando hasta alcanzar la costa. Este viaje de ocho días te permite conocer Fisterra, conocida como el Fin del Mundo, y Muxía, donde puedes visitar el Santuario da Virxe da Barca. Si realizas este recorrido como suplemento a tu Camino de Santiago podrás conseguir la Fisterrana, al alcanzar Fisterra, y la Muxiana, al llegar a Muxía.

Para la gente de la antigüedad, y hasta la última Edad Media, la Cosa da Morte al final del Camino de Finisterre, era la última frontera de la tierra explorada. Era la parte más occidental de la Europa continental y el tramo final de un itinerario trazado en el cielo por la Vía Láctea. Era un lugar mítico y simbólico cuyo punto más extremo estaba impregnado por la impresionante masa del Cabo Fisterra. Rico en ritos y rituales paganos, fue también un lugar impresionante para los romanos (siglo II a.C.), que se sorprendían al ver al poderoso sol desaparecer en el mar. Algunos afirman que de ahí nació el nombre “Costa da Morte”, para indicar la muerte del sol, o de la tierra conocida.

Esta ruta del Camino de Santiago se inicia en la misma Plaza del Obradoiro y, pasando por pequeños y remotos pueblos, termina en los escarpados acantilados del punto más occidental de España. Hermosos paisajes, leyendas e historias asombrosas completarán tu paseo hasta llegar al cabo Fisterra y su emblemático faro. Allí también se pueden visitar la Iglesia Parroquial de Santa María Das Areas, del siglo XII, que se encuentra en la carretera de acceso al faro y la Capilla de Nosa Señora do Bo Suceso, del siglo XVIII, situada en la céntrica plaza de Ara Solís.

Siempre por la costa, se llega a la pequeña ría de Lires, uno de los más lindos rincones del Camino, para concluir el último día en el pintoresco pueblo pesquero de Muxía, donde el Santuario da Virxe da Barca es visita obligada. Ya que, de acuerdo con una tradición que se remonta a la Edad Media, La Virgen María llegó a este hermoso lugar en un «barco de piedra» para alentar a Santiago en su predicación.

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